En el momento que fallece el usufructuario (es aquel que posee el derecho del disfrute del inmueble) pasas a ser el propietario de la totalidad. Lo que tienes que hacer es regularizar la nueva situación. Tienes que cancelar el usufructo en el registro. Deberás presentar una solicitud. Necesitas los datos registrales y certificado de defunción legitimada por un notario.
Al fallecimiento del usufructo se pagan impuestos. Se exigirá el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales si se adquirió la nuda propiedad mediante una compraventa, o el impuesto de Sucesiones y Donaciones en el caso de herencia o donación.