Alquilaste un local para una actividad determinada. En el contrato consta que el propietario no asume responsabilidad alguna si por los organismos competentes, estatales o municipales, no le conceden al inquilino la apertura, o una vez autorizada se la prohibieran.
Para evitar conflictos por un lado el inquilino ha de asegurarse que el local cumple con los requisitos que se le exige para ejercer su actividad. Y por el otro lado como propietario debes facilitar toda la información del local sobre todo aquella que le pueda afectar al inquilino. Recuerda que como propietario no estarías eximido de toda responsabilidad si has ocultado información.